El hijo de nuestro cliente era un pasajero en una camioneta de guardería cuando sucedió el severo accidente. Su hijo sufrió heridas faciales importantes que dejaron una cicatriz permanente en su rostro. Como resultado, se presentó una demanda para recuperar la indemnización por sus lesiones. Las compañías de seguros trataron de señalarse entre sí para evitar responsabilidad. Sin embargo, la demanda resolvió el monto máximo disponible según las pólizas de seguro. El tribunal designó un tutor de menores para que la solución de su reclamación pudiera recuperar los intereses hasta que cumpla sea mayor de edad.